martes, 26 de febrero de 2013

Cuarto

Tengo que llamar a La mujer y me quedé afónica. Que irónico. Hoy Martín entró al aula por primera vez desde que empezamos a rendir, y dijo que el Miércoles 27, día en el que Lucas y yo cumplimos nueve meses, hay que anotarse para el cuarto año del Fader.
Y yo ni siquiera sé todavía si voy a irme. Aunque ya acepté que voy a hacerlo, La mujer todavía no me vio bailar, porque claro, yo no la llamé. Y tengo que hacerlo. Mañana. Y tenía que hacerlo hoy. Y mañana tengo particular de matemática, porque me fue mal. Y soy un completo desastre y estoy dejando que así fluya.
Tinta se escapó al jardín apenas llegó. Que locura querer tener la gata después de que te digan que es salvaje. Pero a mamá le atraen los animales "diferentes". Y es linda. Lástima que la vi de lejos mientras buscaba donde esconderse.

martes, 19 de febrero de 2013

Amor, despedite pronto de Brazil

A pesar de que me encante que me escribas cosas re lindas, las escribiste, y escribí yo otras (no tan lindas como las tuyas), porque no podíamos vernos. Nada de eso hace falta cuando estamos juntos, porque acá nos basta con un beso, o una mirada, o si tenemos suerte, un rato solos. Y con eso y todo lo que hablamos (sobretodo lo que hablo yo con vos, teniendo en cuenta que no se me da bien), es decir, estando con alguien que realmente conozco y sigo conociendo cada vez, y que cuanto más sé de él más me gusta y menos quiero dejarlo ir. Con él, no me hace falta pedir nada más.
Antes de subirme al 109 que me separó de vos por más de un mes, sabía que me iba a costar. Fue martes. El jueves tuve psicologa, y me dijo que era una oportunidad para encontrarme conmigo misma, y después otras cosas que me hicieron salir de ahí positiva, pensando en que todo iba a estar bien, que no te extrañaba tanto y rápido se iba a pasar. 
Creo que al otro día, Caterina se fue de casa. A los cinco minutos estaba perdida, no sabía que hacer, no iba a ver a nadie, ni a ninguno de los dos hasta después de un mes. ¿Y como iba a pasar de dormir con vos, de salir con vos, de celarte cada vez que me hablabas de Julieta, de tener tu amor tan tan cerca, a tenerlo a, según vos 5000 km, según mamá 8000 km? 
Pero no estaba enterada todavía de que no iba a tener celular, ni internet, ni teléfono.
Sin embargo todo pasó, lento, lentísimo, hasta el último día, que cambié de opinión pensando que había pasado rápido... Conocí el mar caliente, peces, pulpos, cangrejos, me banqué el carnaval, nadé, conocí a Thea, seguí haciendo correr el tiempo, preparamos las valijas y volvimos al aeropuerto. Me pareció que faltaba para verte, estuve tranquila hasta que se hicieron las 11 y 30 de la mañana en el avión de Sao Paulo a Buenos Aires. Entonces me puse nerviosa, me imaginé abrazándote en la plaza. Tuve como media hora de pensarlo y tranquilizarme. Llegamos y te compré m&m. Pasamos las valijas por la aduana, que me daba miedo, cruzamos una puerta, estaba distraída. Entonces mamá se rió y miré para adelante. Marian tenía un letrero que decía Memi González. Marian, pero no sola. Hay momentos en que la gente, o por lo menos yo, siente que se enfría, como si de repente toda la sangre del cuerpo fuera a parar a los pies, es un nerviosismo raro, y no sabes que hacer. Eso sentí hasta que me besaste, y entonces pensé, ya está, ya pasó todo. Nos alejamos tanto tiempo con el único propósito de volver a encontrarnos, así, y que me de cuenta de que no quiero volver a alejarme nunca más. Y también sé, (pero de eso siempre estuve segura, aunque ahora tengo experiencia) que no importa si tenemos que volver a separarnos, porque me encanta el reencuentro, y porque nunca me cansaría de esperarte, y sé que vos tampoco (aunque si tengas una medida de tiempo).
Te amo, mi dinosaurio