domingo, 4 de diciembre de 2011

21 es invierno

(lo que está en celeste lo escribí antes de hablarte)
Sabés qué, hacé lo que quieras. Sinceramente, perdón por haberte hecho sentir de sobra, aunque sé que no me vas a perdonar. ¿Sabés qué? Odio pelear, pero ya me saqué, y me di cuenta que no se puede pelear con vos, es imposible, porque si peleo estoy muerta, es demasiado probable que terminemos como vos y la otra (supongo que se sabe de quién hablamos), y DE VERDAD no quiero. Vuelvo a repetir que hagas lo que quieras vos, queré terminar conmigo como terminaste con ella, o no quieras hacerlo. Ya te pedí perdón, y siento que no quiero perderte, pero que después del perdón no puedo decir nada de lo que pienso por miedo a perderte. Pero como ya es muy probable, vale decir que tenés tantos errores como yo. En la pelea ninguno de los contrincantes tiene ventajas. Yo terminé acá, no voy a repetir que soy idiota, o una estúpida para que me perdones. Pero tampoco pienso decir Chau Maxi. Eso depende de vos.
No sé si quiero saber que responderías a cualquier cosa que te diga ahora, porque me imagino que sería un "Callate Paula", y no quiero volver a escucharlo, por ahí por eso me escondo detrás de las entradas, como la mayoría de las veces. Sabés que lo único que me molesta (no me molesta, me da miedo) es que ella pase a ser más importante. Y si, soy una egoísta y una avara, (y tal vez muchas palabras más) pero aun siendo tan mala persona, te quiero, y no tengo idea como llegué a parar acá. Es raro, y al final vos tenías razón; si te ponés a pensarlo, te das cuenta que nunca te imaginaste nada de lo que está pasando ahora. No pensaste que íbamos a hablarnos así, que iba a quererte tanto, que ibas a enojarte y mandarme a callar, que ibas a sustituirme, pero el enojado ser vos, y yo solo tener miedo, ni tampoco pensabas que iba a terminar escribiendo una entrada como esta.
Supongo que tendría que pedirte perdón por ser así, pero eso no cambia nada, no me cambia a mi. A veces pienso en cuando me dijiste "Te vivo elogiando todo y una vez que te digo tus errores te enojás", y no tuve nada para objetar. Pero ahora pienso que jamás remarqué un error yo en vos. Igual, no te preocupes porque yo no creo que tu sinceridad sea un error, tal vez sea una de las cosas que te hacen más vos que nada. O una de las cosas que más admiro yo de vos. Porque le temo a la sinceridad, tanto como un pibe en su plena etapa mágica puede temerle a la oscuridad. Y eso es algo que nunca te dije, que nunca revelé, y que tal vez nunca reconocí conscientemente en mi hasta ahora. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario