Hay algún momento determinado de la semana en el que me levanto con unas interminables ganas de llorar porque descubro más cosas malas en mi, y pienso "Soy una mierda, soy la persona mas horrible que pueda existir y lo peor de todo es que no me doy cuenta, porque estoy demente. Exploto en locura y paranoias que me van a matar un día, voy a reventar de cosas que nunca dije, que las siento ahora adentro revolviéndose, pero ya no las puedo decir. Y cada día me doy cuenta de más cosas que hicieron mal al hacerme crecer, pero ellos no se dan cuenta, y eso que Laura se especializa en eso. No tiene nada que ver igual, me convertí un poco sola en lo que soy ahora, estaré condenada hasta que algo me mate". Y no lloro, y ahí es donde van todas las palabras, a los pulmones. Y van explotando adentro, intoxicándome.
Y ahora es cuando deseo que nadie lea esta entrada, pero hacia algún lugar tengo que sacar el mal de adentro mío.
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