Mesías nació un día después, tontos

Hay momentos en los que tengo ganas de decirte un montón de cosas, cuando acumulo amor, pero no las digo siempre, menos en persona, porque soy una fría en mi totalidad. Pero te las puedo decir por escrito, que es casi mi especialidad, y el día de tu cumpleaños, y ese hecho no las hace más falsas en éste caso.
Bueno, la cosa es que éste es el segundo cumpleaños desde que existís en mi memoria (sentite afortunado porque no entra mucho en mi memoria), pero es el primero en el que puedo decirte que siento que si no te hubiera conocido habría cosas que jamás hubiera hecho, y ahora me alegro de haberlas hecho; que estaría en otro lugar haciendo otra cosa (bueno, seguro)  Siempre me da miedo que las personas así terminen yéndose de mi vida, por ahí por eso mi extremidad en celos antes. Ahora que se terminaron las clases y no me conecto seguido hay veces (como el otro día) que me desespera no poder hablar con vos, y no sé como llegué a eso. Eras el amigo de un pibe que conocí en el viaje de egresados, si lo ves así, es ridículo. No es creíble que después te haya conocido a vos, y te haya contado tantas cosas que nunca había contado, que nunca planeaba hablar, que me hayas hecho hablar por teléfono dos horas, siete minutos y treinta y tres segundos (y no me lo fijé en ningún lado que pueda existir, me lo acuerdo); que nos hayamos peleado creo que tres veces ya, y vuelto a reconciliar. Parece tan increíblemente cursi esto, señor Dios. Pero es tan increíblemente verdad, como que te quiero tanto tanto tanto tanto tanto que no sabría donde parar de decirlo. PERO MUCHÍSIMO, no sé como explicártelo. No es que me influencies, claro, pero me cambiaste todo chabón, te amo (y el amor no es siempre enamorarse, Mancuso). Muy muy muuuuuy feliz cumple mi querido Maxi, y que Dios te bendiga (ah cómo hacía e.e).