Que me acueste habiendo leído esa entrada que me dejó cansada, tal vez porque contenía el tema del que más odio hablar en el universo, los adioses, o tal vez porque la escribiste vos. Para levantarme nueve horas después habiendo soñado que me daban en adopción. Pero hasta ahí estaba todo bien, más que nada porque esas dos cosas se me habían ido de la mente, por ahí para dejarme desayunar en paz. Entonces bajando las escaleras aparece mi gata corriendo (insólito en ella, que nunca se digna ni a caminar), y me sigue así hasta la cocina, y maúlla, y maúlla, y comida no quiere porque ya le di, entonces la alzo, y maúlla, y mira para todos lados, la subo a la mesada, y maúlla y huele, con los ojos tan abiertos que parecen por explotar. Entonces me acuerdo del sueño y de la entrada, y de que recién es lunes y tengo maestra de matemática, y pienso entretenidamente que a la gata la poseyeron o que unos alienigenas en busca de vida extra-planetaria ocuparon su cuerpo por la noche. Pero no me río claro, en parte porque ya me acordé de lo otro, y en parte porque no estoy sola en la casa, y aunque ya me toman de loca, no quiero recalcar nada.
Y llueve.
lunes, 30 de enero de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
Honey don't
Yo Miss Juntaanimales tengo una perra nueva, que anteayer, cuando la encontramos, se llamaba Yerba, pero ahora se llama Wanda, o India, no sé. Igual me di cuenta que estoy acostumbrándome a los animales de tránsito, porque cada vez que llega uno, solo pienso en regalarlo. Y bueno, tardé como quince años en no tomarles tanto cariño, aunque por ahí es solo la costumbre, o el perro que sea. El punto era que no la quiero y no creo que nadie más lo haga tampoco, porque es demasiado grande para los gustos actuales comunes. Igual me encanta, es re perra, pero lo mismo que en todos mis años de vida: No se puede quedar.
Ahora tiene un collar azul, eso si se le permite.
Solo le gusta la comida para perros, y le tiene miedo a los demás.
Oh, es tan dulce como la miel.
Ahora tiene un collar azul, eso si se le permite.
Solo le gusta la comida para perros, y le tiene miedo a los demás.
Oh, es tan dulce como la miel.
El cerebro es como una máquina
Cada máquina funciona distinto.
Así nomás tengo millones de ideas en la cabeza, pero salen lento, tan lento que pensás que las vas a perder, hasta que terminan de nacer. Es como si hicieras fideos con una máquina; porque algunos se rompen al filtrarlos, y otros no; y los que no, cuando ya están hechos saben bien, aunque tuviste miedo de que sean demasiado duros, o muy blandos, o que se pasen, o por ahí de sacarlos crudos. Las ideas y los fideos son comparables así, pero no tanto, porque para hacer fideos ya soy experta, y con las ideas... no.
Así nomás tengo millones de ideas en la cabeza, pero salen lento, tan lento que pensás que las vas a perder, hasta que terminan de nacer. Es como si hicieras fideos con una máquina; porque algunos se rompen al filtrarlos, y otros no; y los que no, cuando ya están hechos saben bien, aunque tuviste miedo de que sean demasiado duros, o muy blandos, o que se pasen, o por ahí de sacarlos crudos. Las ideas y los fideos son comparables así, pero no tanto, porque para hacer fideos ya soy experta, y con las ideas... no.
miércoles, 18 de enero de 2012
martes, 17 de enero de 2012
Chau
Ahora soy una persona ocupada hasta en vacaciones, todos los días menos los Lunes, por ahora. NO PUEDO ESCRIBIR NADA, NO ME SALE, SOY UNA INSERVIBLE, mi vieja sigue omitiendo mi deporte y me manda a danzas (NO ME GUSTA BAILAR, NO SÉ BAILAR), y a canto claro, que bueno, por lo menos no hay otra gente. Me odio, hoy igual que los días que me odio con toda la profundidad debida. Odio mi forma de ser, mi cuerpo, mi cara, mi puta estupidez; odio tener que irme el 2 de febrero de vacaciones, y no poder quedarme, en parte porque no me dejan estar con mi abuela HASTA EL SEIS LOCO, Y ELLA VA PARA ALLÁ, y en parte por mi vieja, de nuevo obviamente; odio el blog, odio que la gente lea mi blog, no me gusta. A veces pienso en borrar todas las entradas, pero no sirve de nada, porque ya las vieron. Hay algunas (las que no son como éstas) que no me molestan, pero ahora si. No me gusta, pero yo soy tan idiota que la publico igual. Odio que el blog sea mi única descarga válida, la única que me sirve. Y alguna vez Caterina, cuando se le canta escucharme, o cuando le digo muchas cosas y no me escucha, porque las puedo poner en algún lado que no sea mi mente. Chau.
miércoles, 11 de enero de 2012
domingo, 8 de enero de 2012
sábado, 7 de enero de 2012
viernes, 6 de enero de 2012
Irrelevancia
Tengo pasajes al exterior, soy tan importante. Claramente mis vacaciones llegan en julio, el 30.
Y tengo mi bicicleta, arreglada, otra vez, verde como mi cuarto y como Garra, igual. Ahora voy a hacer algo más que sentarme acá a hacerme tonta, o leer una página de it por siglo, no voy a terminarlo más. Soy ridícula, tengo cosas para hacer, en vacaciones. Todo el día. Porque ahora el loro mastica mejor la comida, y a mi dedo también. Muerde con amor, despacito, pero lo hace.
Se me cansó la mente, sale humo. Pero no negro, gris, porque me sirve todavía.
Y tengo mi bicicleta, arreglada, otra vez, verde como mi cuarto y como Garra, igual. Ahora voy a hacer algo más que sentarme acá a hacerme tonta, o leer una página de it por siglo, no voy a terminarlo más. Soy ridícula, tengo cosas para hacer, en vacaciones. Todo el día. Porque ahora el loro mastica mejor la comida, y a mi dedo también. Muerde con amor, despacito, pero lo hace.
Se me cansó la mente, sale humo. Pero no negro, gris, porque me sirve todavía.
lunes, 2 de enero de 2012
Garra quiere volar
Es hembra porque tiene el pico café. Se llama Garra, es verde y azul, y la encontramos ayer en la plaza. Esperábamos lastimosamente que muriera ayer, por el estado en el que está, pero no lo hizo. Está enferma, casi obviamente, desde la barrera entre el 2011 y el 2012, gracias a la pirotecnia (que la amo tanto). No vuela ni mastica como sus compañeras, duerme (en éste momento) adentro de una caja de plástico agujereada, agarradas las patas a una rama que es especialmente suya ahora. Sale de paseo por el jardín tres veces al día y le gusta subirse a las manos y agujerearlas (aunque eso no lo hace a propósito) con sus uñas para sostenerse. Por su especie, come semillas, verduras y pan, pero hay que dárselo porque sola no puede. No estoy segura de que vea, pero si de que tiene esperanzas de volar. No parece incómoda acá, si cansada. Igualmente, tengo las mismas esperanzas que ella de que pueda curarse y volver a juntarse con las demás cotorras.
Ahora solo hay que esperar, a que Lauri acceda a llevarla al veterinario, o preferentemente, a que vuelva a estar bien.
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