Estoy atrapada en mi propia mente, desesperada por explotar, por llenarse de arco iris, flores, colores y bueno, también azúcar. Sacarse las telarañas, las desilusiones, las tristezas y las mentiras, sobre todo. No es fácil, aunque lo bueno está, en alguna parte del cuerpo, escondido. De entre las cosas reprimidas, mi más valiente es la esperanza. Esperanza de salir intacta y feliz, de caminar en un mundo blanco sin preocupaciones, aunque sea por un tiempo, el suficiente para respirar. Sola, hasta que sepa volver.
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