miércoles, 23 de noviembre de 2011
Verbo Irregular, oler
Del olor exprimo la mayoría de mis recuerdos, que, aclarando, no suelen ser muchos. Pero me llena reencontrar un olor familiar y tranquilizante hasta el punto de no necesitar nada más. Siempre. Cuando abrazás, y te das cuenta que el aroma nunca te va a soltar, o si alguien te toma de la mano hasta que ésta ya no respira, y cuando se va y te rascás una mejilla, sentís como sigue ahí y como no querés lavarte la mano otra vez. Eso y algo más, que olvidás por años, hasta que sentís otra vez el olor del recuerdo, y te lamentás un poco por el pasado, oliéndolo con una mezcla de nostalgia entrelazada. Y perfumes; además de la necesidad hecha hábito que se me presenta de oler el libro antes de leerlo. Olor, oler, huelo ahora todo eso que me espera al abrir los ojos. Espero que la nariz no engañe como tantas otras cosas.
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